Conectando la Agenda 2030 con la Diversidad, Equidad e Inclusión.
Reafirmando nuestro compromiso.
La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) emergen como un pacto global por un futuro donde la inclusión y la diversidad se erigen como pilares fundamentales de muchos de los avances de la humanidad.
Especialmente en América Latina, una región marcada por la desigualdad, la pobreza y la discriminación, la integración de la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en los esfuerzos por alcanzar los ODS es fundamental para abordar estos desafíos y construir un futuro más justo y próspero para todas y todos.
Datos Globales que Revelan Desigualdades:
- Brecha de género: Las mujeres en América Latina ganan en promedio un 23% menos que los hombres por el mismo trabajo (CEPAL, 2022).
- Pobreza y desigualdad: El 13% de la población de América Latina vive en pobreza extrema, y el 10% más rico concentra el 43% del ingreso total (Banco Mundial, 2021).
- Discriminación racial y étnica: Las personas afrodescendientes en América Latina tienen un 22% menos de probabilidades de completar la educación secundaria que las personas blancas (Banco Mundial, 2023).
- Exclusión de personas con discapacidad: El 7% de la población de América Latina vive con alguna discapacidad, y solo el 46% tiene acceso a servicios de salud adecuados (OMS, 2023).
Al integrar los principios de DEI en el centro de los ODS, abrimos un diálogo enriquecido que promueve un desarrollo verdaderamente holístico y resiliente.
La DEI como imperativo moral
Más allá de ser una estrategia para el desarrollo sostenible, la DEI se erige como un imperativo moral, alguna pequeña remembranza a Kant sostiene que la moral no es mera teoría, sino que es en sí misma una práctica en sentido objetivo, toda vez que es el conjunto de leyes incondicionalmente obligatorias de acuerdo con las cuales debemos actuar.
Esto significa que, en su esencia, la promoción de la diversidad, equidad e inclusión responde a un deber ético y humano. La justicia y la dignidad de cada persona deben ser respetadas y promovidas.
Es moralmente imperativo asegurar que nadie sea excluido o discriminado por su género, raza, etnia, discapacidad u otra característica personal. Este compromiso moral nos impulsa a construir sociedades más equitativas y humanas, donde todas las personas tengan las mismas oportunidades de prosperar.
Estrategia Fundamental
Además de ser un imperativo moral, la DEI se posiciona como una estrategia esencial para el desarrollo sostenible en América Latina.
Su impacto positivo se manifiesta en diversas áreas:
Impacto Económico:
- Reducción de la pobreza y las desigualdades: La inclusión económica y social de grupos históricamente marginados puede generar un crecimiento económico más equitativo y una reducción de la pobreza.
- Al eliminar las barreras que impiden el acceso a oportunidades y recursos, potenciamos el potencial de estos grupos para contribuir al desarrollo económico y social.
- Innovación y competitividad: La diversidad de pensamiento y perspectivas fomenta la creatividad y la innovación, impulsando la competitividad de las empresas y las sociedades.
- Un entorno laboral y social diverso permite aprovechar diferentes experiencias, conocimientos y habilidades para generar soluciones innovadoras y responder a los desafíos de manera más efectiva.
Impacto Social:
- Cohesión social y paz: La inclusión y el respeto a la diversidad reducen las tensiones sociales y promueven la construcción de sociedades más pacíficas y justas.
- Al reconocer y valorar las diferencias, fomentamos el diálogo intercultural, la tolerancia y la empatía, elementos esenciales para la construcción de una paz duradera.
- Bienestar individual y comunitario: La DEI contribuye a mejorar el bienestar individual y comunitario, al reducir el estrés, la ansiedad y la discriminación, y al fomentar un sentido de pertenencia y cohesión social.
Impacto Ambiental:
- Sostenibilidad ambiental: La DEI puede contribuir a la sostenibilidad ambiental al promover prácticas más inclusivas y equitativas en la gestión de recursos naturales y la toma de decisiones ambientales.
- Al considerar las diferentes perspectivas y necesidades de las comunidades, se pueden desarrollar soluciones ambientales más justas y sostenibles.
Un enfoque basado en Impact Management para la DEI:
Para maximizar el impacto de la DEI, es necesario (sugerido) adoptar un enfoque basado en Impact Management, que implica:
Definición de objetivos claros y medibles: Establecer objetivos específicos, cuantificables, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado (SMART) para la DEI, alineados con los ODS y considerando las características y necesidades de cada contexto.
Implementación de estrategias y planes de acción: Desarrollar e implementar estrategias y planes de acción concretos para alcanzar los objetivos establecidos, incluyendo iniciativas de sensibilización, capacitación, desarrollo de políticas y prácticas inclusivas, y monitoreo y evaluación del progreso.
Medición y evaluación del impacto: Implementar un sistema de medición y evaluación del impacto de las iniciativas de DEI, utilizando indicadores y métricas específicas que permitan identificar áreas de mejora y demostrar el valor de la DEI para la organización o la sociedad.
Enfoque en la creación de valor compartido: Buscar generar valor compartido para la organización, la sociedad y el medio ambiente a través de la DEI, considerando aspectos económicos, sociales y ambientales.
Enfoque de largo plazo y compromiso continuo: Reconocer que la DEI es un proceso continuo que requiere un compromiso de largo plazo por parte de todos los actores involucrados.
Preguntas que pueden guiar, este paso a paso:
La Agenda 2030 se basa en cinco dimensiones fundamentales: personas, prosperidad, planeta, participación colectiva y paz, también conocidas como las «5 p».
Al hablar de DEI y su relación con los ODS, nos centramos en el pilar personas (ODS 1, 3, 4, 5) donde los temas de género, educación, salud y vulnerabilidad social son clave.
Sin embargo, también es importante considerar cómo la DEI se relaciona con la dimensión Prosperidad (ODS 7, 8, 9, 10, 11), asegurando que todas las personas puedan disfrutar una vida próspera y plena en armonía con la naturaleza.
Algunas preguntas que guían la relación ODS y metas.
ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico):
Meta 8.3: ¿Cómo podemos desarrollar políticas que fomenten el emprendimiento, la creatividad y la innovación con una perspectiva de DEI?
Meta 8.8: ¿Cómo podemos proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro e inclusivo para todas las personas trabajadoras, incluyendo a migrantes y personas con empleos precarios?
ODS 9 (Industria, innovación e infraestructuras):
Meta 9.1: ¿Estamos asegurando que nuestras infraestructuras sean accesibles y equitativas para todas las personas, considerando aspectos como género y discapacidad?
ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles):
Meta 11.2: ¿Medimos y evaluamos el acceso al transporte público para todas las personas, incluyendo mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad y personas mayores?
Conclusiones.
Los elementos de la DEI son fundamentales para la realización de la Agenda 2030, posicionando a las organizaciones e instituciones como comprometidas, tanto en palabras como en acciones, para un futuro sostenible e inclusivo.
Abrazar la DEI significa comprometerse a construir un mundo que honre la diversidad como uno de sus mayores tesoros, asegurando un futuro donde el bienestar y el progreso sean alcanzables para todas y todos.
Nos encaminamos hacia una sociedad que reconoce la interdependencia entre sostenibilidad e inclusión como la base para un bienestar duradero y un planeta saludable, forjando un futuro donde la diversidad y la inclusión son reconocidas como fundamentales para nuestro desarrollo colectivo.
